“Hola, Raffaella”, un programa que TVE estrenó en 1992, se convirtió en un prolongado éxito de audiencia bajo la batuta de la Carrá.
Su flequillo rubio y oxigenado ha permanecido casi inalterable con el paso de las décadas. Ya en los setenta, la polifacética diva italiana (ha sido cantante, bailarina, presentadora, actriz y hasta compositora -lo que viene a ser, toda una “showgirl”-) había hecho tararear al más retraído con sus divertidos temas musicales. La Carrá triunfaba en la España de la época mientras se hartaba de entonar aquello del “explota, explótame, me expló”, o de advertir de que, para pasarlo bien de verdad, había que venir al sur.
Tras una primera experiencia en TVE, allá por el año 1975, y después de haberse convertido en todo un fenómeno de masas en la Rai, la cadena pública italiana, el público español volvió a sucumbir en 1992 ante este portento transalpino de energía. Fue entonces, el mismo año en el que Curro campaba a sus anchas por la Expo de Sevilla y Barcelona certificaba por fin su condición de ciudad olímpica, cuando comenzó “¡Hola, Raffaella!
Variedades
El humor, las actuaciones en directo, las entrevistas y los concursos copaban la mayor parte de este magacín que la tele pública emitió en horario de máxima audiencia hasta el año 1994.
Aunque, a decir verdad, poco importaba quién era el invitado de turno, porque la gran reina del programa, dorada ella, se apellidaba Carrá. Lo mismo recibía llamadas telefónicas con su indeleble acento italiano, que se marcaba una coreografía, daba la nota a una ranchera o entrevistaba a la mismísima “Faraona” (léase, Lola Flores).
El desparpajo inherente a la comunicadora sirvió para que el “show” fuera todo un éxito de audiencia y para que el espacio resultará premiado con hasta cuatro premios TP de Oro. Entre ellos, el de mejor presentadora, en 1993, que fue para la carismática media melena.
Una vez que hubo derrochado una gestualidad desenfrenada y sentido del espectáculo por doquier (al menos, tal como éste se entendía en los noventa), la Carrá volvió a Italia. Desde aquel “¡Holla, Raffaella!”, ha participado en varios programas especiales de TVE y el tiempo ha reforzado su perfil como permanente icono “gay”.
A sus 72 años, la incombustible cantante acaba de lanzar al mercado un nuevo disco, titulado “Replay”, que incluye temas “dance” en castellano. Quien tuvo, siempre retuvo, dice el refrán.
La niña que estudiaba danza
La trayectoria de Raffaella Maria Roberta Pelloni o, en una versión corta, Raffaella Carrá ha sido de película.
La “showoman” nació en Bolonia (Italia) en 1943, pero a los ocho años cogió las maletas junto a su familia y se fue a estudiar a Roma. Allí empezó a tomar clases en la Academia Nacional de Danza. La Carrá fue una de esas niñas prodigio que tanto abundaron en el cine de décadas pasadas, puesto que con sólo nueve años debutó en la gran pantalla con la película “Tormento del pasado” (1952).
Los inicios en la tele. Tras pasar por el teatro y participar como actriz invitada en diversos “shows” de televisión, su espontánea personalidad y la fuerza que mostraba ante las cámaras hace que los directivos de la Rai, la cadena pública italiana, se fijaran en ella para ser la presentadora de “Canzonissima 70”.
Camino del estrellato. Un poco antes de estrenarse en aquel “show”, allá por 1965, la artista intentó triunfar en la meca del cine. De hecho firmó un contrato con los estudios 20th Century Fox y apareció en una película, titulada “El coronel Von Ryan” junto al mismísimo Frank Sinatra. En aquel tiempo, la Carrá lucía una cabellera morena. Un simple rastreo por internet basta para cerciorarse de que, en efecto, hubo un día en que el tinte llegó a la vida de la diva.
Un producto “hecho en Italia”. Si bien en Hollywood no logró el éxito que otras de sus compatriotas, como Sofía Loren o Gina Lollobrigida, sí que habían conseguido, Raffaella no tiró la toalla y se convirtió en una estrella de la música que traspasó fronteras. Sus pegadizos temas no sólo triunfaron en España, sino también en Francia, Holanda, Grecia o en América Latina.