Ha ingresado en prisión tras pasar a disposición del juzgado de guardia. El joven detenido el domingo pasado como presunto autor del incendio que quemó una habitación en la calle de Colom ha sido imputado de homicidio doloso en grado de tentativa; de las diligencias policiales se deduce que intentó matar a dos mujeres, quemándolas vivas, porque provocó el fuego de manera intencionada y, supuestamente, quiso impedir que las víctimas huyesen cerrando una puerta con un candado.
La angustiosa escena había nacido de una discusión allí mismo, en un edificio de habitaciones de alquiler radicado en la calle de Colom, en el sector de Cementiri Vell. Una de las personas implicadas, una mujer, se marchó, según fue informada después la policía. Otro involucrado, un varón, también (eso parecía), pero después de prender fuego a un colchón en uno de los cuartos del inmueble, y, lo que se antoja peor, si cabe: de candar una puerta de salida.
Huyó el tipo. Las llamas devoraban el colchón, se levantaban trémulas, se extendían, y el humo corría, denso y negro, por el edificio. Eran las 8.25 de la mañana cuando las alarmas se dispararon en los servicios de emergencias, cuando la Policía Municipal recibió el aviso de un testigo, cuando el 112 registró una llamada realizada desde el inmueble. Estamos atrapadas en el primer piso, contaron, con punto de desespero. Alguien, un hombre, había pegado fuego a la casa, y las había encerrado. Estaban enclaustradas y allí, en la primera planta, donde se hallaban, el fuego mordía las paredes.
Cinco dotaciones de Bombers de la Generalitat llegaron a la calle de Colom, a la altura del número 68, y arribaron ambulancias, y agentes de la Policía Municipal y de los Mossos d’Esquadra. Los bomberos accedieron a la primera planta, rescataron a las dos mujeres sanas y salvas, y sofocaron las llamas en unos minutos. A las 9.40 acabaron la intervención.
Había que buscar al autor de aquello, y a la búsqueda se dedicaron con denuedo los agentes. Había salido corriendo, se creía, hacia la calle, y las dotaciones policiales que patrullaban por Terrassa recibieron la comunicación de su descripción, por si lo veían. Pero no lo vieron, porque seguía allí, en la casa de habitaciones.
Unos bomberos y unos policías escudriñaban el edificio durante la inspección ocular tras la extinción del fuego cuando, de pronto, oyeron unos ruidos, acaso el murmullo de alguien moviéndose arriba, en una especie de altillo.
Subieron los agentes y no tardaron en localizar al tipo al que buscaban. Estaba allí, aguardando a que pasase todo, y a que los cuerpos de seguridad se marchasen, para escabullirse. Lo encontraron oculto entre unos colchones.
Tiene 33 años y es de nacionalidad española, y fue detenido por la Policía Municipal como presunto autor de un delito de incendio y otro de detención ilegal.
El cuerpo local practicó las primeras diligencias y pasó al arrestado a la comisaría de los Mossos d’Esquadra, que a los dos delitos indicados añadieron otro de amenazas y uno de homicidio doloso en grado de tentativa. Los investigadores consideraron que el individuo había intentado matar, quemándolas vivas, a las dos víctimas. El detenido pasó a disposición del juzgado de guardia. Según fuentes policiales, el miércoles ingresó en prisión preventiva.