Los autobuses municipales, al menos unos cuantos, renquean. Se averían sus motores, deja de funcionar el aire acondicionado, se traban sus puertas. Las quejas de usuarios se suceden y han adquirido un nivel tal que hasta el órgano máximo de representación vecinal, la Federació d’Associacions de Veïns de Terrassa (FAVT), ha puesto el grito en el cielo, denunciando “deficiencias graves” y exigiendo “soluciones a corto plazo”.
Una pasajera mira de reojo al conductor al entrar en un bus de la línea 6 de Tmesa y observar que otros pasajeros abandonan el vehículo por la puerta de entrada. ¿Qué pasa? Pasa que la puerta de salida está atascada y no se abre, y los que acceden al bus y los que se apean se apelotonan en el mismo sitio en cada parada. “Pasó lo mismo el otro día en otro autobús”, dice una mujer. Otro vehículo de Tmesa, de la línea 8, arriba a la parada del Camp Olímpic con retardo de unos diez minutos. Al final resulta que no hay retraso, según informa el conductor a los pasajeros que le preguntan. Ocurre que el bus anterior ha cesado en el servicio, al parecer por una avería. Una de las incidencias de mayor envergadura ocurrida en los últimos meses tuvo lugar el 7 de julio en Can Tusell, donde un incendio en el motor agrietó la luna trasera de un autobús que sus usuarios tuvieron que abandonar, sin precipitaciones pero sin demora. No hubo heridos ni intoxicados, y el conductor del bus y otras personas apagaron el incendio con extintores, y los bomberos lo remataron.
El 14 de julio un bus vertió una mancha de aceite en un tramo comprendido entre la calle de Menéndez y Pelayo y la rotonda del Doré. La Policía Municipal utilizó sepiolita para absorber el aceite, pero antes de la actuación policial un motorista se accidentó; al parecer, resbaló con la sustancia y cayó al suelo, mas no sufrió lesiones graves. Un par de meses antes, el 18 de mayo, la avería de un bus causó retenciones en la rotonda de la Dona.
Las redes sociales andan repletas de quejas de usuarios, según hace constar la FAVT en un comunicado que revela, por ejemplo, una avería en el aire acondicionado en un bus de la línea 3 en, al menos, dos días de julio: el 20 y el 21. El testimonio habla de ventanas que no se abrían y de un calor “insoportable” que obligó a algunos pasajeros a abandonar el autobús antes de llegar a destino porque “se mareaban”.
La situación se ha tornado más acuciante en verano, pero ya en abril la FAVT presentó una instancia al Ayuntamiento para explicar “defectos” en los buses que generaban “incomodidad e inseguridad a los usuarios del servicio”. La federación vecinal refirió problemas en las puertas, movimientos irregulares de los vehículos y roturas de los recubrimientos de los asientos, y solicitó al Ayuntamiento que instase a Tmesa a cumplir estrictamente “los protocolos de seguridad y mantenimiento en todas las unidades” y que se reuniese con la entidad vecinal.
Estudio interno
Y el gobierno municipal se reunió con la FAVT el 20 de mayo. El concejal Alfredo Vega participó en el encuentro, en el que los representantes municipales informaron a la federación de un estudio interno sobre el estado de los buses, de todos y cada uno de ellos. Y señalaron que ese informe reveló “algunas deficiencias menores”, según dice la FAVT, pero también la constatación de aspectos “a mejorar”. Pero si ha habido mejoras, éstas no se han notado, recalca la entidad. Más bien al contrario: las deficiencias se han evidenciado más, ocasionando un malestar creciente entre los usuarios de la red de transporte urbano.
La acumulación de calor en los buses molesta y exaspera al más pintado de los pasajeros, pero ¿qué decir de los profesionales al volante? La federación de asociaciones pone el dedo en la llaga: “¿qué pasa con los chóferes, que no pueden bajar de los autobuses? Si alguno se marea y ocurre un accidente, ¿de quién será la responsabilidad?”. No hay duda, dice la FAVT, de que los autobuses no deberían circular sin aire acondicionado “en circunstancias de calor intenso”, pero hay más en la lista de anomalías cargantes: las averías de motor “cada vez más frecuentes”, por ejemplo; y los parones obligados, con el consiguiente retraso en el servicio, debido al sobrecalentamiento.
El comunicado, que pide la convocatoria de una reunión a tres bandas (a celebrar en septiembre próximo) con la presencia de representantes del Ayuntamiento, Tmesa y la FAVT, considera que los problemas registrados en los buses durante el mes de julio tienen su origen directo en el “envejecimiento y las malas condiciones de la flota de autobuses” de la ciudad.