Lo mismo aparece vestida de una hortaliza diferente en cada programa, que se enfunda un traje regional por edición, que hace un “semistriptease” en directo, o que no tiene ningún problema en aconsejar a los espectadores que miccionen en la ducha. Para bien o para mal (haya cada uno con sus gustos televisivos), Mercedes Milá es una presentadora carismática y muy singular, que como ella mismo ha dicho en varias ocasiones, encontró la horma de su zapato catódico en el formato de “Gran Hermano”.
Pero si las nuevas generaciones (las que han crecido con el “reality” más famoso de la televisión como una riesgosa posibilidad del mando a distancia) creen que la de Esplugues de Llobregat nació a nivel profesional entre nominaciones y confesionarios, se equivocan. De hecho, la presentadora catalana, de 64 años, acumula una larga trayectoria televisiva, que la ha llevado de ser reportera de deportes a adquirir fama como entrevistadora que no se andaba con chiquitas en programas como “Dos por dos” (1978) o “Buenas noches” (1982), ambos en TVE. Puede gustar más o menos, pero Milá ha logrado algo difícil. Que su estilo sea único.
De la palangana de Cela al libro de Umbral
En la vida tanto personal como profesional de la comunicadora hay aspectos que resultan bastante curiosos. Uno de ellos es que Mercedes Milá es hija de José Luis Milá i Sagnier, segundo conde de Montseny. De hecho, cuando en 2012 murió el padre de la periodista, la presentadora de Telecinco decidió renunciar a este título nobiliario, que por derecho sucesorio le correspondía como primogénita.
Aún en el ámbito familiar, Mercedes tiene cinco hermanos. El más conocido por el gran público es Lorenzo, que también es periodista, y que en la actualidad trabaja como corresponsal de los servicios informativos de TVE en Roma.
Ya en la esfera profesional, la Milá será recordada por haber sido protagonista de algunos momentos inolvidables que han pasado a los anales televisivos. Y nunca mejor dicho si nos referimos a aquella célebre entrevista a Camilo José Cela en la que el escritor gallego manifestaba sin ningún pudor que era capaz de absorber agua de una palangana usando la zona donde la espalda pierde su nombre. Fue en el programa “De jueves a jueves” (1986), que emitía la primera cadena de Televisión Española.
Y cómo no recordar la escena de aquel cabreo monumental que agarró otro escritor, Francisco Umbral, cuando durante el espacio “Queremos saber” (1992), de Antena 3, espetó a la presentadora que él había ido allí para hablar de su libro, y que si no tomaba las de Villadiego.
Menos recordado es que la comunicadora también pasó, aunque de una manera fugaz, por TV3. Fue en el año 1988 cuando la cadena confió en ella para hacerse cargo del programa semanal “Dilluns, dilluns”, en el que Milá entrevistó a personajes como Josep Carreras, Joan Antoni Samaranch, Ana Belén o Josep Lluís Núñez.
En un terreno algo más privado, hay que decir que este verano la Milá trata de reponer fuerzas en Menorca con tal de afrontar la edición número 16 de “Gran hermano”, que está a la vuelta de la esquina. La isla es un destino estival recurrente de esta “showoman”
Unas semanas antes de que viajara hasta las Baleares, la catalana dejó de nuevo constancia de que no se calla una al confesar “sentirse humillada” por no haber sido la elegida como sustituta del publicista Risto Mejide en la presentación del programa “Viajando con Chester”. Un espacio para el que la Milá sonaba con fuerza y que al final Mediaset confió a la periodista Pepa Bueno. Pero que no sufra. “Gran hermano” será para ella.