Allí estaba, oculto entre unos colchones en una buhardilla de la calle de Colom. Abajo, en una habitación del edificio, los bomberos ultimaban la extinción del fuego que él, que el individuo escondido, había provocado, presuntamente, de forma intencionada. Ocurrió el domingo. El tipo fue detenido por la Policía Municipal, acusado de un delito de incendio. No hubo heridos ni intoxicados, pues dos mujeres fueron rescatadas sanas y salvas aunque la situación rayó la tragedia: la policía investiga si el sospechoso las encerró con un candado.
Agentes de policía científica de los Mossos d’Esquadra inspeccionaron ayer el inmueble, un edificio de habitaciones situado en la calle de Colom, en el tramo de Cementiri Vell. Ya habían estado allí el mismo domingo, cuando precintaron el cuarto arrasado por las llamas. El 112 recibió el aviso a las 8.25 de la mañana: había fuego en una vivienda. La comunicación policial llegó a los bomberos, y al 061, y los alrededores del edificio, en el número 68 de la calle de Colom, se llenaron de dotaciones policiales, y de Bombers (cinco), y de ambulancias.
Las personas que habían llamado al 112 explicaron, como pudieron, que estaban atrapadas en la primera planta del edificio, pues un individuo las había dejado encerradas con el uso de un candado. Llegaron los bomberos. El fuego devoraba una habitación en la primera planta. Los bomberos acometieron el incendio y lo controlaron en unos minutos. Y rescataron a dos mujeres. No presentaban lesiones.
Una discusión
Los policías preguntaron a testigos para componer la secuencia de los hechos. Según las primeras diligencias, todo había principiado con una discusión, a la que sucedió el incendio: uno de los implicados en la disputa verbal, un varón, había prendido fuego a un colchón y había huido. Se creyó que había escapado hacia el exterior, y tanto dotaciones de la Policía Municipal como de los Mossos d’Esquadra se dieron a buscarlo por la calle. Las unidades policiales que patrullaban Terrassa a aquellas horas recibieron una descripción del sujeto.
Pero el sospechoso no andaba lejos. Según la policía, unos agentes y unos bomberos escucharon ruidos que parecían provenir de una suerte de buhardilla del mismo edificio. Alguien o algo se movía por allí. Los policías subieron, registraron la estancia y allí localizaron, agazapado, entre dos colchones, a quien buscaban.