La pobreza sigue creciendo en Cataluña y ya es el 20,9 % de la población la que vive bajo el umbral de la pobreza, 1,1 puntos más que hace un año, y ha crecido especialmente entre los menores y los jubilados, según los datos oficiales hechos públicos hoy por el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat).
El umbral de ingresos anuales bajo el cual una persona entra en riesgo de pobreza se situó en 2014 en 9.767 euros netos anuales para los hogares de una persona, y de 20.512 euros para un hogar formado por dos adultos con dos niños.
Los datos hechos públicos hoy, correspondientes a 2014, sitúan la tasa de pobreza en Cataluña del 20,9 % – en 2013 era del 19,8 % – por debajo de la media española, que es del 22,2%, y por encima de la UE-28, que es del 16,6 %.
Según el Idescat, el riesgo de pobreza tiene mayor incidencia entre los menores de 16 años (28,8 %), que han incrementado 1,5 puntos el riesgo con respecto del año anterior.
La población de 16 a 64 años (20,6 %) también ha aumentado el riesgo de pobreza (0,8 puntos), aunque el aumento más significativo se da en los mayores de 65 años, que pasa del 12,4 % al 14,4 % en 2014.
Según la composición del hogar, el riesgo de pobreza tiene más incidencia en los hogares con hijos dependientes con una tasa del 27 %, y en el caso de un adulto con uno o más hijos dependientes la tasa se sitúa en el 42,8 %.
Un 67 % de los hogares catalanes recibieron en 2014 transferencias del sistema de protección social, lo que tuvo un impacto importante en la distribución de la renta.
Las pensiones de vejez y de supervivencia son las prestaciones más importantes y son recibidas por más de 1.073.000 hogares.
La tasa de riesgo de pobreza antes de cualquier tipo de transferencia social es del 46,4 %, y pasa al 29,4 % después de contabilizar las pensiones de vejez y supervivencia, y al 20,9 % cuando se incorporan todas las transferencias sociales.
Según la estadística de distribución personal de la renta y de riesgo de pobreza del Idescat, la renta media neta anual de los hogares catalanes se mantuvo prácticamente igual que el año anterior, 30.407 euros anuales, 4.253 euros más que la del conjunto de España (26.154 euros).
El riesgo de pobreza o exclusión social contabilizada con la tasa AROPE, que mide otros indicadores y carencias además del monetario, se situó en Cataluña en 2014 en el 26 % de la población, 1,7 puntos por encima del año anterior (24,3 %), por debajo del nivel de España que es del 29,2 %.
La tasa AROPE complementa el indicador de riesgo de pobreza y tiene en cuenta, además de la renta, el número de personas que viven en hogares con intensidad de trabajo muy baja y el número de personas con privación material severa.
Durante el 2014, la principal privación material manifestada por la población catalana fue la de no poder hacer, como mínimo, una semana de vacaciones al año.
Esta privación afecta a un 42,6 % del total de población y ha disminuido un punto con relación al año anterior.
La siguiente privación más frecuente, con un 41,1 %, es la de no poder hacer frente a gastos imprevistos, que aumenta 1,1 puntos, seguida con un 9,9 % del retraso en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, porcentaje que se mantiene con respecto al año anterior.