La tarde del pasado viernes un gran estruendo llamó la atención de decenas de personas que paseaban por el centro de Terrassa. Vecinos y ciudadanos se acercaron hasta la calle Torrella con esquina a la Rambla de Égara para saber que era lo que estaba sucediendo. El tejado de la casa número 16 de la Antoni Torrella se había derrumbado, causando ese alboroto. Aunque todo quedó en un susto y por suerte no se tuvieron que lamentar víctimas mortales ni heridos.
No obstante la ciudad si que tiene que llorar una gran pérdida. El inmueble que sufrió ese derrumbe era el postrero que quedaba en pie de los primeros que se habían construido en Terrassa fuera de las murallas. El último vestigio del tramo de diez casas que se habían erigido a la vez y que fechaban de 1880. Actualmente ocuparían del número 2 al número 20, y según el estudio de Baltasar Ragón, Jaume Torrella habría solicitado el permiso para construirlas en “la calle de las afueras de la riera de Terrassa” en fecha de 3 de febrero de 1860. Cuatro días después, el 7 de febrero de 1860, el maestro de obras Josep Fontseré i Mestres presentaría el plano al Ayuntamiento de Terrassa. Las casas se empezarían a construir al cabo de tan solo tres días, un 10 de febrero de 1860.
Así lo recoge el trabajo realizado por el fotógrafo egarense Rafael Aróztegui, publicado en su blog bajo el título “La casa més antiga de fora riera”.
Hay que tener en cuenta que Terrassa es ciudad desde 1877, cuando alcanzó la cifra de 10 mil habitantes. Por tanto, las viviendas de la calle de Antoni Torrella existían incluso antes de que nuestra ciudad fuese considerada como tal.
“Construidas de espaldas al camino de ida a Viladecavalls para que el sol del mediodía diese a las fachadas -relata Aróztegui- el camino actualmente sería el recorrido de la calle de Mart”. Y añade: “Por cierto, esta planificación de la ciudad es obra de Miquel Curet, que fue miembro de la primera junta del Ateneu Lliure”.
Tras todo el trabajo realizado por Aróztegui, la conclusión que saca el fotógrafo egarense es que ésta era la casa más antigua que había al otro lado de lo que a finales del siglo XIX se conocía como la Riera de Terrassa o la Riera del Palau. Y también que fueron las primeras de lo que pasaría a llamarse más tarde el Barri de la Riera.
Todo un emblema de la ciudad que ahora, debido a la falta de mantenimiento, está a un paso de desaparecer. Y es que hace tiempo que el inmueble está deshabitado, con la fahcada tapiada.
Todo quedó en un susto
Tras el derrumbe del tejado una grúa y varias unidades de la Policía Municipal y los Mossos d’Esquadra, así como Bomberos y una ambulancia se trasladaron hasta el lugar de los hechos. Pese a que la puerta estaba tapiada, al principio se buscó si había alguien en el interior que hubiera podido sufrir algún daño. De hecho alguno de los vecinos creía que podía ser la vivienda donde habitan los ocupas, aunque luego esta hipótesis se pudo descartar, ya que se comprobó que éstos están en el edificio de al lado.
Finalmente los efectivos de los bomberos pudieron confirmar que la casa estaba deshabitada y, según los primeros indicios, el derrumbe fue causa por una falta de mantenimiento por estar vacía. Tras descartar cualquier peligro los vecinos que habían sido desalojados pudieron volver a sus casas.