Experto ambientalista, divulgador científico, biólogo autodidacta y fiel naturalista. Son muchos los adjetivos que califican al polifacético Félix Rodríguez de la Fuente. Aunque por encima de todos está el de ser un indudable apasionado por el medio ambiente que a través de sus recordados documentales acercó, a los espectadores, especies animales tan singulares y desconocidas como el lirón careto o el alimoche.
"En la mañana fresca de mayo, lejos los días el hambre de invierno, lejos el recuerdo de la gran matanza, la loba monta la guardia cerca de la cueva roquera donde ha traído al mundo a sus lobeznos", describía el aventurero en uno de los capítulos de "El hombre y la Tierra", la que fuera su producción audiovisual más difundida, que TVE emitió entre 1975 y 1980.
Con su inconfundible voz, además de una narración muy identificable y teatralizada, Rodríguez de la Fuente fue el precursor de una forma muy gráfica de explicar la naturaleza en televisión. El público quedaba sorprendido por el realismo salvaje de las imágenes en que, por ejemplo, un muflón caía en las garras de una imponente águila real. Este trotamundos nos dejó demasiado pronto, en 1980, tras sufrir un accidente en la lejana Alaska.
Un futuro truncado
El día 14 de marzo de 1980, Félix Rodríguez de la Fuente perdió la vida en Alaska. Tenía 52 años cuando la avioneta en la que volaba junto a otros dos compañeros del equipo de “El hombre y la Tierra” se estrelló en aquel gélido paisaje. Entonces, Rodríguez de la Fuente ya era un personaje muy popular en España, de modo que su fallecimiento causó un evidente impacto.