Los turistas extracomunitarios, especialmente los de nacionalidad china, son objeto de deseo para la industria del sector del lujo porque son los que más gastan durante su estancia. De hecho, los visitantes chinos se dejaron en Barcelona un 69,3% más en el último año, con un ticket medio de compra de 1.132 euros, según Global Blue, primer operador internacional de Tax Free con más de 35 millones de devoluciones de IVA al año.
Sin embargo, por cada euro que invierte aquí el turista de fuera de la UE -el que pide la devolución del IVA de sus compras, más conocido como tax free-, se deja 2,2 euros en Munich, 3,5 en Milán y hasta 9,5 euros en Londres o París, lo que pone de manifiesto que hay todavía mucho camino por recorrer hasta convertirnos en un destino realmente atractivo para el turismo de compras.
Para Global Blue las razones de esta desventaja son una serie de asignaturas pendientes que España todavía tiene que aprobar para situarse al nivel de otras capitales de Europa y que se centran en poner en valor su oferta turística, más allá del explotado modelo de sol y playa que atrae turismo de volumen pero no de calidad.
Conexión aérea
La puesta en marcha de una sola línea aérea entre una ciudad como Barcelona y otra extracomunitaria supondría una inyección de alrededor de setenta millones de euros al PIB y alrededor de 370 empleos para la ciudad. Este impacto económico respondería al aumento en 25.000 compras en los comercios, tantas como visitantes ávidos de “shopping” trae anualmente de media una línea aérea.
Según el Country Manager de Global Blue en España, Luis Llorca, “el turismo de “shopping” es un motor de crecimiento de la economía de un país, siempre y cuando nos dirijamos al visitante adecuado. Por eso, es muy importante facilitar las conexiones aéreas, así como reorientar los mensajes y ofrecer a estos turistas una experiencia de compra de bienes de lujo que satisfaga sus expectativas. Tenemos constancia que muchos chinos cuando viajan al extranjero regresan frustrados por haberse gastado menos de lo planeado”. Las facilidades para atraer, especialmente visitantes chinos, también están relacionadas con la documentación exigida para entrar en España.