La inversión en innovación en Catalunya no ha dejado de bajar desde que se inició la crisis en 2008. Ese año, suponía el 1,68% del PIB catalán, cifra que en los años siguientes se ha ido reduciendo hasta llegar al 1,24% de 2013 (último año de que se dispone). El porcentaje es inferior al 2,06% de media europea y, aunque por comunidades es uno de los más elevados, está por detrás de País Vasco (2,09%), Navarra (2,03%) y Madrid (1,98%). Las cifras fueron ofrecidas en la presentación de un informe sobre la innovación en Catalunya del Club Cecot de Innovación y Tecnología, el jueves en la sede de la patronal vallesana. Para presentarlo se llevó a cabo una mesa redonda que sirvió para profundizar en las conclusiones y los datos del informe.
La mesa redonda, a la que se sumó un buen número de empresarios, estuvo liderada por el presidente del Club Cecot de Innovación y Tecnología, Valentí Sallés, y contó con la participación de Xavier Ferràs, decano de la Facultad de Empresa de la UVic-Universitat Central de Catalunya, y Jordi Garcia Brustenga, economista, master en Administración Pública, experto en RIS3 y gerente de consultoría en Prymsa.
Sallés alertó sobre el peligro de que Catalunya se quede a la cola de los países desarrollados en inversión en innovación si las cifras actuales no remontan. Advirtió además de que la falta de financiación pública y la crisis por la que pasan muchas empresas ha obligado a recortar el presupuesto en innovación, y que los medios financieros son "reacios" a invertir en este sector por las "incertezas" que genera.
Tejido industrial
"El peligro de no mejorar la inversión en innovación es que se genera un agujero cada vez mayor entre países más o menos desarrollados", alertó Sallés, para añadir que "el bienestar de un país depende en gran medida de la innovación que generan sus empresas". Por ello, alentó a realizar esfuerzos, tanto desde el ámbito público como privado, para remontar la inversión en innovación en Catalunya.
En este sentido, el informe, que ofrece datos hasta 2013, destaca que la inversión media en Europa en innovación está del 2,06 % del PIB, mientras que la previsión es llegar al 3 % en el año 2020, objetivo que Sallés avisó que obligaría a Catalunya a "doblar" sus cifras.
Sallés, que hará llegar el informe a los principales actores públicos y privados del sector, advirtió que "no innovar hoy pone en peligro el mañana", e instó a inculcar "la cultura de la innovación en las pymes", ya que suponen el grueso del tejido industrial catalán (sólo el 0,3% de las empresas catalanas tienen más de doscientos trabajadores).
Ferràs, por su lado, resaltó que se da la paradoja de que mientras en Catalunya existe "una excelente política científica, no hemos conseguido despertar la inversión en I-D". Por tanto, "el reto -prosiguió- pasa por transformar la investigación científica en innovación y valor económico".
"Hemos tenido -abundó el decano- una excelente política científica en los últimos quince años, pero el problema es que nos hemos quedado aquí". Propuso, por tanto, crear un "sistema integrador" para que las políticas científica e industrial vayan de la mano, y no cada una por su lado como sucede hasta ahora.
"Inyectar conocimiento en la industria es una cuestión de finanzas, de destinar recursos", recalcó Ferràs en otro momento de su intervención. Y dio cifras: "Si ahora se invierten tres mil millones de euros en innovación entre el sector público y privado, hay que doblar esa cantidad hasta llegar a los seis mil".
Sin perder de vista la necesidad de una mayor inversión en innovación (para equipararse con Europa) y un mejor entendimiento entre el mundo científico y el empresarial (para que la transferencia de conocimiento llegue al segundo), el economista Jordi Garcia Brustenga puso el acento en conceptos como la especialización y la territorialización. "Solo creceremos si nos especializamos, si concentramos los recursos en determinadas apuestas", tanto en el terreno de la investigación (universidades, centros de conocimiento…) como el industrial, señaló Garcia Brustenga.
A la idea de la especialización, el economista añadió el de "la territorialización de la innovación" como una apuesta "más realista" frente al concepto de "innovación de país", que es más genérico y etéreo.
Asimismo, el informe del Club Cecot de Innovación y Tecnología recomienda actuar sobre cuatro ejes básicos; universidades, centros de transferencia del conocimiento (centros tecnológicos, clústers…), empresas y administración.
Algunas de las recomendaciones del informe hablan de convertir la innovación en una estrategia empresarial: incrementar el tejido de empresas innovadoras; pedir al sistema financiero que abra el grifo del crédito a las pymes que innoven; invertir en formación; potenciar entre las empresas la cultura de la innovación o compartir entre el mundo empresarial y la administración los riesgos de innovar.
la cifra : 1,24%. Es el porcentaje del PIB que se destinó a innovación en Catalunya en el año 2013.