El sol de justicia de esta semana ha hecho más duro si cabe el periplo que están protagonizando decenas de manifestantes de la Marcha por una Catalunya sin paro, precariedad, pobreza y desigualdad. Durante toda esta semana están recorriendo ciudades de toda la provincia de Barcelona para hacer saber a los nuevos Ayuntamientos sus peticiones. La marcha ha reunido a personas de diferentes y variados perfiles que proceden de movimientos de parados, de la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca, de las entidades que luchan contra la pobreza energética, de la marea de pensionistas y los sindicatos.
La marcha comenzó el lunes en Badalona. Tras recorrer Santa Coloma y Montcada, acabaron durmiendo en Granollers. Al día siguiente, pasaron por Ripollet, Cerdanyola, Badia del Vallès, Barberà, Sabadell y acabaron en Terrassa. Tras cruzar la ciudad de punta a punta cerraron la jornada en el pabellón de Can Jofresa, donde organizaron una cena popular, que atrajo a centenares de personas de multitud de movimientos sociales y políticos de Terrassa.
Pese a las agobiantes temperaturas, el ambiente de hermandad y cordialidad era palpable. Entre bocado y bocado, los manifestantes intercambiaban las problemáticas que viven sus ciudades. "Es el momento de dirigirnos a los nuevos Ayuntamientos para que renueven sus compromisos y hacer todos juntos presión sobre el Parlament de Catalunya. Son necesarias una serie de leyes para paliar la grave situación social", explicaba a este diario Diosdano Toledano, uno de los organizadores de la marcha y representante de la Comissió Promotora de la Renta Garantida de Ciutadania, una de las medidas que piden los manifestantes. Junto a Diosdano compartían mesa unos parados de Rubí y unos pensionistas que luchan por la revalorización de sus pensiones.
"Queremos una vida digna"
Entre ellos también estaba Jordi Trujillo, integrante del Col·lectiu d’Aturats de Terrassa. Este electricista egarense de 51 años se quedó en paro en 2012. "En los trabajos consideran que las personas de mi edad somos demasiado mayores y tenemos demasiada experiencia. Por eso, no les interesa contratarnos", afirmaba Trujillo. Sin embargo, sus palabras, más que resignación, transmitían esperanza. "No se puede estar tumbado en el sofá esperando que se hagan cambios porque solos no se harán. Los que tienen la posibilidad de hacerlos no están interesados en cambiar nada. Hay que salir a luchar", afirmaba. Trujillo lleva toda la semana recorriendo la provincia junto a los demás. "El calor no ha personado pero si no hablas, nadie pensará en tus problemas. Debemos luchar por conseguir una vida digna. Tenemos que obligar a la administración a favorecer a la ciudadanía. Si la clase obrera no lucha, no se le escucha", decía.
Después de cenar, los manifestantes se dispusieron a prepararlo todo para pasar la noche allí. Cada uno llevaba su colchoneta o su saco de dormir, que extendían en la pista del pabellón. Hubo, incluso, quien se animó a dormir en el exterior. "En Granollers tuvimos suerte y dormimos en un equipamiento con aire acondicionado, pero en este pabellón ha estado dando el sol todo el día y a algunos les apetece dormir al raso", explicaba el egarense Jordi Trujillo.
Reunión con el alcalde
Tras pasar la noche en Can Jofresa, los participantes de la marcha lograron ser recibidos ayer en el Ayuntamiento por el alcalde, Jordi Ballart, que se comprometió a llevar al pleno municipal una propuesta de resolución apoyando sus reivindicaciones, y trasladarlas a todos los grupos municipales.
"Como Ayuntamiento y administración más cercana a la ciudadanía, para nosotros es primordial apoyar a las personas más vulnerables, ofreciendo todo nuestro apoyo a sus reivindicaciones y trabajando para una verdadera justicia social desde el consenso político de todas las fuerzas municipales", les dijo Jordi Ballart.