Un millar de personas, entre amigos y familiares, se reunieron ayer para despedir al maestro de alta cocina y copropietario de El Bulli, Juli Soler, fallecido el lunes y cuyo funeral se celebró en el tanatorio municipal.
Al acto acudieron destacados chefs de la alta cocina, especialmente su socio en El Bulli, Ferran Adrià, y otros como Carme Ruscalleda o Mey Hofmann.
“Han sido 33 años compartiendo quince horas diarias a su lado, imaginaros la cantidad de anécdotas que hemos vivido juntos, ahora lo que toca es mantener su legado a través de la Fundación El Bulli”, señaló Adrià, que valoró su generosidad como elemento definitorio.
“Ha sido una figura irrepetible, maestro de maestros, nos ha enseñado a todos, lo conocimos antes de decidir poner un restaurante, y su icono no desaparecerá nunca”, señaló Carme Ruscalleda.
Por su parte, el presentador Carlos Latre destacó el “cariño” que siempre recibió por parte de Soler, mientras que el también presentador Manuel Fuentes apuntó que “la cabeza le iba a tal velocidad que consiguió que su gastronomía fuese nuestra mejor embajadora”.
Tras el funeral, los restos de Juli Soler fueron trasladados al cementerio de Rubí, donde había fijado su residencia.
Juli Soler, impulsor junto a Ferran Adrià del restaurante El Bulli, que fue reconocido como el mejor del mundo antes de su cierre en 2011, falleció ayer a causa de una enfermedad neurodegenerativa.