Tres días de actividad y dieciséis propuestas musicales dieron para muchas sensaciones y emociones. El que sin duda es el espacio con mayores de dosis de modernidad de la Festa Major, el Espai Vapor, ha visto crecer un año más a su público gracias a una acertada combinación entre formaciones locales consagradas o listas para su consagración, pequeñas joyas independientes y valiosos embajadores de la escena catalana en el mundo.
Sense Sal, en la presentación en Terrassa de su más reciente trabajo discográfico, “Algun lloc al món”, dio el pistoletazo de salida a tres jornadas extensas y intensas. Los también locales Harlock se pusieron sus mejores galas para desarrollar toda la contundencia de su garaje folk, dando paso al sonido psicodélico de The Zephyr Bones. Más tarde le tocó el turno a la veteranía y sorprendente directo de The Wave Pictures, para muchos uno de los descubrimientos más gratos de esta edición.
La más local de las noches se cerró, antes del despliegue de la música de DJ, con The Suicide of Western Culture, quienes afrontaron la cita con muchas ganas y desplegaron recursos hasta ahora inéditos en Terrassa (suelen actuar en locales cerrados), como el humo y los flashes, que resaltaron aún más si cabe las espléndidas visuales de Juanjo Fernández.
La cuota local del segundo día la protagonizaron Jump in the River (ganadores del Tam!) y Pantaleó (presentando su debut, “Reina Victoria”), conviviendo con el sonido de Beach Beah (de hecho, fue la velada más pop de las tres) y las letras muy políticamente incorrectas de Punsetes (terminaron con su controvertida “Me gusta que me pegues”) y su hierática cantante.
El tercer día, abrieron las Mourn, jovencísima banda de trascendencia internacional que dejó claras sus armas: frescura, buenas canciones, rabia y arrojo; la base es excelente y eso que no han hecho más que empezar.
El muy esperado Litus llegó desde Madrid con su banda al completó y, además de desgranar su último disco, se despidió solo en el escenario con una de las canciones que le han hecho más grande, sai cabe, “Temps de canvis.” Una audiencia fiel y numerosa vibró con el egarense.
Nueva Vulcano tomó el testigo con su excelente y muy contundente directo, una lección de veteranía y sabiduría a partes iguales, para cerrar con el sorprendente y prometedor rockabilly metal de Les Dents Afilades.