Santiago Segura es un artista polivalente, extremadamente popular, que alterna con naturalidad sus trabajos como cineasta, actor, presentador, concursante o jurado en programas de televisión sin que se altere ni un ápice su fama de personaje divertido y cercano. Y así es en las distancias cortas, o así al menos lo comprobó este diario en una charla con el artista con motivo del inminente estreno del concurso televisivo “Insuperables”, el próximo lunes en La 1 de Televisión Española, y que se graba estos días en el Parc Audiovisual de Terrassa. Segura ejerce en el espacio televisivo de jurado.
¿Cómo se sumó al proyecto de “Insuperables”?
Me llamó Tinet Rubira, el máximo responsable de Gestmusic. Tenía la posibilidad de hacer una serie de humor en Argentina, pero siento debilidad por Gestmusic. Me gusta mucho cómo trabajan, sus programas son divertidos, emocionantes, los puedes ver con toda la familia; tienes en un mismo espacio risa, humor y espectáculo. Desde pequeño me gustan los programas así; el “1,2 3” me encantaba.
¿Qué otros trabajos recuerda con Gestmusic?
Puedo destacar “Tu cara me suena”, pero recuerdo que en los tiempos de “Crónicas marcianas” siempre lo hablaba con Sardà. Decían que era “telebasura”, pero para mí la calidad de aquel programa era máxima, estaba muy bien iluminado, muy bien contado, tenía mucho ritmo…. Para ser telebasura, la factura era impecable.
Usted comenzó a participar en concursos con el objetivo de recaudar dinero para sus proyectos cinematográficos, pero luego parece que le cogió el gustillo, ¿no es así?
Recuerdo que cuando gané el Goya a mejor actor relevación por “El día de la bestia”, poco después colaboré con “Moros y cristianos”, también de Gestmusic, con personajes como el Padre Apeles o Javier Nart. Mis amigos me preguntaban que qué hacía ahí, pero yo me lo pasaba muy bien. Siempre me ha gustado variar, si siempre hiciera lo mismo me aburriría. Puedo hacer una película, concursar o cantar en un musical en la Gran Vía, creo que eso es lo divertido. Ser artista es un poco ser un “entertainer”, ese concepto tan americano. En realidad soy como el ungüento: para todo me aplico pero para nada valgo.
¿Qué le gusta más, juzgar o concursar?
Me divierte mucho más ser concursante. Juzgar es un poquito desagradable, aunque yo intento llevar todo a la óptica humorística, quitarle hierro al asunto… Pero a veces es duro, y pasas un mal trago. Hay invitados que lloran y yo no puedo con eso; soy muy sensible.
¿Y que le parecen los que compiten en “Insuperables”?
Lo más sorprendente es el nivel de muchas atracciones, en muchos casos piensas “madre mía, ¿¿¡¡cómo hacen eso!!??”. Cuando alguien se juega la vida es un plus, hay artistas realmente arriesgados.
¿Cree que la calidad es un aval que garantiza la continuidad de “Insuperables” en la parrilla?
No, no, para nada. Depende de muchas cosas, del horario, de la competencia de las otras cadenas… Un programa puesto según qué día, o según en qué temporada, puede ser un éxito o un fracaso (pone “off the record” como ejemplo el exitoso estreno reciente de un programa de televisión que, a su juicio, ha obtenido un “share” elevado sólo gracias a la cadena en la que se emite.) A mí me da pánico hacer una serie de televisión, es un medio que me da mucho respeto en el que se hacen auténticas carnicerías.
¿Nunca se lanzaría a hacer una serie televisiva?
Con una película triunfas o fracasas y ya está, pero haces lo que quieres. Pero con una serie sueles recibir sugerencias del tipo “la trama del perro funciona muy bien, sigue por ahí.” Luego la serie la quitan al quinto capítulo y ¡la culpa ha sido tuya! Da miedo.
¿La quitan aunque esté todo grabado?
Pregúntale a Los Morancos, que llevaban treinta programas grabados y ha quedado la mitad sin emitir. Ya me gustaría a mí que no pasara eso con “Insuperables”, pero no puedes saberlo… En cambio, “Viaje al centro de la tele”, donde presento y pongo la voz en off, es lo que mejor ha funcionado. Nunca se sabe.
Aparte de “Insuperables”, ¿qué más tiene entre manos?
Con José Mota tenemos en mente hacer un espectáculo teatral, aún es un proyecto. Lo demás no lo sé, no me gusta programarme. Cuando peor lo he pasado ha sido sabiendo lo que iba a hacer a dos años vista, me angustiaba más que no saber. Ya sé que es lo contrario que lo que le pasa a la gente, pero he tenido la suerte de no tener que parar nunca.