Jordi Ballart afronta un mandato de alto voltaje político, consciente de que el debate cobrará intensidad en un pleno cuyo reglamento le reserva escasa relevancia al alcalde, ocupado en contar los tiempos de la sesión. “Tengo ganas de intervenir -explica-. En el primer pleno no pude hacerlo y, en este nuevo escenario político, creo que es oportuno que pueda dar mi opinión”.
El primer edil estudia la fórmula más apropiada para tener voz en el pleno de manera regular. El Reglamento Orgánico Municipal no lo impide, de hecho permite su intervención en cualquier momento, aunque no le asigna un turno. En los ayuntamientos de grandes ciudades el alcalde delega la presidencia ( y el control de los tiempos) en un concejal, algo que no está previsto en municipios como Terrassa. “Puedo hablar siempre, pero quiero hacerlo sin restar protagonismo al portavoz”, explica Ballart. El alcalde admite que la situación actual también tiene sus ventajas, porque ese discreto protagonismo “preserva la figura del alcalde en el pleno”.
Las entradas de la CUP
Ballart valora la actitud de los grupos municipales en el pleno y en redes sociales, donde se han librado distintas polémicas.Una de ellas el rechazo del pleno a la creación de una comisión sobre la emergencia social y otra el anuncio, por parte de la CUP, del sorteo de las dos plazas asignadas al grupo para ocupar plaza en el balcón del Ayuntamiento durante la Festa Major. El gesto ha molestado al equipo de gobierno. “Maria Sirvent ofrece dos entradas que no son suyas -replica Ballart-. Creo que no sabe que el acceso al balcón está abierto a la ciudadanía. Un año a los voluntarios, otro a niños con discapacidad, y este verano a las centenarias. Que las sortee, pero cuando entre y vea quien ocupa el balcón verá que no hay elite alguna”.
El alcalde se muestra convencido de que tendrá ocasión de llegar a acuerdos con las distintas formaciones, incluso con Terrassa en Comú, el primer partido de la oposición. “Me voy a entender seguro, pero hay formas que deben cambiar”, sugiere. Ballart acusa al portavoz Marc Grau de “mentir en el pleno cuando dijo que me había reunido antes con CiU y Ciutadans que con ellos. No es cierto y lo saben. También que hemos trabajado intensamente contra la emergencia social, en el ámbito de los desahucios, la alimentación y los suministros. Pese a ello nos desacreditan por no aprobar una comisión que está vinculada al pleno y no tiene efectos prácticos”.