La gran cantidad de árboles que derribó el vendaval el pasado 9 de diciembre y que aún están pendientes de ser retirados multiplican el riesgo de incendio en una época de especial peligro como es el verano.
Este es uno de los motivos por el cual los trabajos de retirada y aprovechamiento de los 118 mil árboles caídos o en riesgo de caer de los espacios agroforestales de la zona denominada Anella Verda debían terminar a finales de julio.
La empresa encargada de llevar a cabo esta tarea es la terrassense Futur Ecològic SL -que ganó el concurso público abierto en febrero- y que empezó con la labor el 21 de abril. Por lo tanto debía terminar a finales de julio, ya que la durada del contrato es de tres meses. No obstante, según ha dado a conocer el Ayuntamiento, es “probable que este plazo no se pueda cumplir y, atendiendo a la dificultad de trabajar en verano, algunos de los trabajos (puede) que se alarguen hasta el próximo otoño”.
Y es que nos encontramos en la temporada de alto riesgo de incendio, periodo comprendido entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, por lo que se ha pedido una autorización excepcional a la Generalitat de Catalunya para poder trabajar el bosque.
Hasta la fecha se ha retirado la madera de los entornos del CIAB, los alrededores de Moceen Homs, la zona de la Florida y el Camí del Torrent de la Betzuca. En este punto cabe destacar que el tramo final y el propio Torrent aún se tienen que trabajar, y quedan muchos árboles, ramas y maleza por retirar.
Para poder organizarlo, y según el orden de prioridad, las labores se han dividido en siete sectores y se irán realizando progresivamente. Estas áreas incluyen tanto fincas públicas como privadas. Cabe destacar que en el sector 5, Can Colomer, ya se están realizando las tareas de retirada y limpieza debido al riesgo de incendio de la zona.
Actualmente están trabajando tres brigadas, de 8 a 17 horas y de lunes a viernes. Los fines de semana se han excluido dado que se trata de zonas muy frecuentadas y se ha decidido dejar liberes los caminos para que la gente pueda pasear. No obstante se aconseja precaución, pues existe el riesgo de caída de árboles y hay zonas inestables, y que se sigan los consejos de los rótulos instalados.
Can Bonvilar fue la zona más afectada. Allí desaparecieron 35 mil árboles. No obstante también sufrieron graves daños Can Casanovas y Mossèn Homs, sin contar el interior de la ciudad, donde la rápida actuación de los servicios del Ayuntamiento permitió retirar enseguida 730 árboles de calles, parques y jardines. En total se destruyeron 118 mil ejemplares muchos de los cuáles aún siguen sin ser recogidos.
A principios de enero el consistorio reclamó a la Generalitat una subvención de cinco millones de euros, pues destinó 538 mil euros en las actuaciones más urgentes de los primeros días y cifró los desperfectos en 2,2 millones.
Por otro lado, el apoyo económico que el consistorio pide a la Diputació de Barcelona es de casi dos millones de euros (1.802.000 €), una cifra superior a la que había requerido inicialmente y bastante más elevada a la que el organismo le concedió (94.205 euros). De hecho, una parte de este importa, 13.990,08 euros, ya ha sido empleado en la reparación de los daños ocasionados en el Centro de información ambiental Bonvilar, en los huertos municipales de Moceen Homs y en algunas depuradoras de urbanizaciones.
Uno de los recursos que tiene el Ayuntamiento para sacar beneficios es a través de la valoración de la madera retirada. Y es que en Catalunya hay demanda de productos forestales, madera para serradora y triturado de biomasa forestal. Esto también beneficiaría a los propietarios de los bosques afectados (fincas públicas del entorno natural de todo el término municipal y las once fincas privadas que han querido acogerse al contrato). El precio de adjudicación (IVA excluido) es finalmente de 9,025 euros por tonelada para la madera destinada a serradora; 6,025 euros por tonelada para la madera destinada a combustible y 25 euros por tonelada para la leña de encina y roble.