Hombre español, soltero, de entre 37 y 38 años, con un nivel de formación bajo o sin estudios, cuya principal fuente de ingresos es la familia o los amigos en un 33,2 % de los casos y el empleo en un 32,2 % y que vive en una gran ciudad es el perfil de la persona con problemas de adicción.
Ésta es una de las principales conclusiones del informe 2014 del Observatorio Proyecto Hombre, presentado en rueda de prensa y que constata un cambio en el estereotipo de la persona adicta: no se inyecta ni subsiste de actividades ilegales.
Los datos del estudio, en el que han colaborado el Plan Nacional sobre Drogas y la Obra Social La Caixa, no corresponden a la población en general sino a las más de 19.000 personas que Proyecto Hombre atendió el pasado año, ha recalcado el presidente de la asociación, Luis Bononato, quien, no obstante, ha precisado que "son bastante fiables de lo que está ocurriendo en la sociedad española".
"Severas desigualdades"
El informe pone también de manifiesto "severas desigualdades" en los perfiles de mujeres y hombres en muchas de las variables analizadas.
Así, sólo un 15,3 % de las personas que recibieron tratamiento eran mujeres, debido a las "barreras" que todavía existen en el acceso: una menor visibilidad de la problemática, una mayor estigmatización social y cargas familiares, según ha explicado el portavoz del Observatorio, Félix Rueda.
El estudio, que recoge datos de 13 comunidades autónomas, revela que el alcohol es la sustancia más consumida, sólo o con otras drogas, en un 40,11 % de los casos, seguida de la cocaína (30,5 %) y el cannabis, que se da más en los jóvenes.
Aunque el consumo de hipnosedantes no es aún muy representativo, es la tercera sustancia más utilizada en el entorno laboral, un dato que "debe llamar la atención", aseguran los responsables de Proyecto Hombre.
Por sexos, el consumo de alcohol en grandes cantidades es la principal causa por la que las mujeres acceden a tratamiento (29,07 %), mientras que en los hombres es la cocaína (31,39 %).
La edad de inicio en el consumo problemático de alcohol se sitúa entre los 19 y 20 años, lo que significa que cuando la persona demanda tratamiento ya lleva más de 15 años consumiendo, con lo que presenta un "elevado deterioro".
Las mujeres se inician más tarde y arrastran menos años de consumo cuando acceden al centro, aunque la edad media es "sensiblemente" mayor (casi dos años y medio más que los hombres).
Además, un tercio de los adictos al alcohol estaban en situación de empleo activo en el momento de iniciar el tratamiento.
El nivel formativo de este grupo es más alto: un 10% eran licenciados, mientras que el nivel más bajo de estudios se da en el perfil de policonsumo.
El estudio destaca también que las mujeres viven principalmente con su pareja mientras que los hombres lo hacen en mayor proporción con sus padres. Un 60,6 % de ellos son solteros.
Entorno conflictivo
Y en la mayor parte de los casos (64,9 %) la relación con el entorno es conflictiva, aunque son ellas las que en mayor proporción admiten tener problemas familiares.
Las diferencias por sexo también se producen en cuanto a la fuente principal de ingresos: el empleo los es para el 21,83 % de las mujeres frente al 34,98 % de los hombres.
Como en años anteriores, el estudio detecta una "fuerte" relación entre adicción y abusos, principalmente emocionales (insultos continuados). En el caso de las mujeres, hasta un 23,3 % sostiene haber sufrido abusos sexuales.
Es la primera vez que el informe refleja parte de la realidad de 13 comunidades autónomas (todas salvo Aragón, Cantabria, Navarra y País Vasco) y muestra diferencias y semejanzas entre ellas.
Por ejemplo, Baleares es la autonomía con mayor porcentaje de mujeres atendidas; en Extremadura la principal fuente de ingresos son la familia o los amigos en un 56,5 % mientras el empleo solo supone el 8,7 %; en Galicia la edad media es de 30,5 años y en Madrid el 65,1 % ha tenido un empleo a tiempo completo en los últimos tres años.