El balance de fin de curso también abraza los temas particulares que compiten a Terrassa. Los docentes consultados, que aplaudieron la siempre disposición y la labor realizada por el hasta ahora concejal de Educación, Manuel Pérez, confían en que el nuevo gobierno socialista de Jordi Ballart siga sensible a los temas educativos y acierte en la persona que sustituirá a Pérez para lidiar con cuestiones importantes, entre éstas la reorganización de la oferta y demanda con vistas al descenso de la natalidad.
Carles Lázaro, representante en la junta central de directores de infantil y primaria, avanza que "hay que batallar para que la nueva planificación del curso 2016-17, que es cuando se produce la caída de la oferta en 250 plazas o más de P3, sea una oportunidad para ganar en calidad y reducir ratios y no un castigo que derive en el cierre de aulas". También lo desea así Xavier Pérez, delegado de Fapac. Para este representante de los padres "hay que luchar para subir el listón, para que las escuelas puedan trabajar con tranquilidad, con desdoblamientos. El cierre de una línea en la Escola Marià Galí de Can Boada para el próximo curso es un toque de alerta de cómo se puede actuar desde la Generalitat. Las medidas correctoras, si se aplican, deben ser por igual a pública y concertada. Y no cerrar aulas en la pública y mantener los conciertos". Cambio de tendencia en infantil y primaria pero no en secundaria que va a la inversa. Para Emili Bars, representante en la junta central de directores de secundaria pública, no hay que temer por los nuevos institutos de Les Aimerigues y Can Roca. "Hay aprobado un presupuesto, hay que dar un voto de confianza. Se construirán para cubrir las necesidades".
La comunidad también está a la espera de cómo se resolverá la adjudicación del servicio del comedor escolar. Como se recordará, el Ayuntamiento sacó a concurso una nueva licitación porque el actual ya se ha extinguido. Se espera que en julio ya se conozca la empresa.