La chiquilla gritaba despavorida al tiempo que se agitaba, trémula, pateando y golpeando a aquel tipo para desembarazarse de él, de aquel sujeto que la había agarrado del cuello para luego meterle la mano bajo el vestido y tocarle la vagina mientras con la otra mano le manoseaba los pechos. Se zafó de él, al fin. Ella tenía 12 años cuando ocurrió todo, cuando aquella agresión sexual infame que la Audiencia Provincial tiene previsto juzgar hoy, a partir de las diez de la mañana. El fiscal pide para el acusado catorce años de prisión.
Eran las 2.10 de la tarde. Ocurrió hace poco más de un año, el 9 de junio del 2014. La niña pasaba por un espacio ajardinado, con zona de esparcimiento infantil, cercano a la calle de Amadeu de Savoia. Había salido del cole y se dirigía a casa.
Alquien la seguía, pleno de aviesas intenciones, de "lúbricos instintos", como indica el fiscal. Cuando la tuvo cerca, lo suficiente, se abalanzó sobre ella con violencia y la cogió con fuerza por el cuello, y la inmovilizó así con la mano izquierda para con la derecha tocarla bajo el vestido, bajo las braguitas, y dejó de agarrar a la niña del cuello para usar la mano derecha para restregarle los pechos.
Temblaba la víctima, sacudida por el espanto, pero luchó y luchó, y gritó, golpeó como pudo al agresor y lanzó patadas, y consiguió liberarse del violador. El sospechoso, español, fue detenido poco después y pasó a disposición judicial, y el juzgado de instrucción número 1 acordó el 11 de junio, dos días después de la agresión, que ingresase en la cárcel: prisión provisional comunicada y sin fianza.
El asunto llegó a la sección novena de la Audiencia Provincial de Barcelona, que ha señalado el juicio para hoy. El Ministerio Fiscal reclama que el procesado, J. E. F., sea condenado a catorce años de prisión por un delito "de agresión sexual con acceso vaginal", y pide que, una vez cumplida la pena, esté siete años en libertad vigilada. Y que no se acerque a menos de mil metros de la menor durante ocho años, a computar nada más acabar la pena de cárcel.
El escrito de calificación fiscal afirma que el acusado debe indemnizar con seis mil euros a la joven a través de su representante legal. Y solicita que la víctima no declare en el juicio, sino que en la vista se visualice su testimonio, grabado ante el juzgado de instrucción.