Todo ocurrió según lo previsto. El sábado, Jordi Ballart tomó posesión de la alcaldía contando sólo con los nueve votos de su partido y fue elegido primer edil al no obtener ningún candidato la mayoría absoluta. Tal y como habían anunciado previamente, los tres concejales de Convergència i Unió se abstuvieron en la votación (al igual que el edil del PP), lo que permitió al PSC seguir gobernando la ciudad tras 36 años en el poder.
De esta forma, el candidato Xavi Matilla, de Terrassa en Comú, sólo logró acumular 11 votos: los seis de su formación, los cuatro de ERC y el de la CUP. El tercer candidato, Javier González, de Ciutadans, obtuvo los tres votos de sus compañeros de partido. Por tanto y como estaba previsto, no hubo cambio en la alcaldía.
Pese a ello, Jordi Ballart aseguró en su primer discurso como alcalde haber "entendido el mensaje de la ciudadanía". "Terrassa ha expresado que hay un amplia mayoría progresista que aunque tiene matices, espero que no sean insalvables. En cualquier caso, por mí no quedará e intentaré siempre avanzar con diálogo y espíritu de pacto. La ciudadanía nos ha transmitido un mensaje clarísimo: Pónganse de acuerdo para hacer políticas progresistas. La gente quiere que los intereses de la ciudad estén siempre por encima de las estrategias partidistas", afirmó Ballart, que tampoco se olvidó de recordar que un tercio de los electores había optado por el PSC. "Es un hecho objetivo", aseguró.
Sin embargo, Ballart no escondió otra lectura muy clara que se puede hacer de los resultados de las municipales: "También es cierto que los resultados expresan un deseo de cambio". "Vivimos tiempo nuevo, lleno de esperanzas y de incertidumbres. Mucha gente quiere cambios, sí, pero no inestabilidad, ni experimentos o aventuras. Debemos encontrar el equilibrio entre el cambio y la estabilidad", afirmó Ballart. En esa línea, el primer edil de la ciudad explicó que trabajará "en un gobierno sólido, fuerte y cohesionado, así como abierto al diálogo, al pacto y al consenso".
Ballart sintetizó su plan de mandato en dos ejes: "nueva política y buen gobierno". El recién elegido alcalde aseguró que habrá "más y mejor democracia y más participación ciudadana" y prometió un "gobierno con rigor, responsabilidad , seriedad, eficacia, transparencia y renovación".
"Nuestra primera prioridad es crear trabajo y estimular la economía terrassense". En ese sentido, insistió en la creación del parque logístico o "puerto seco" y en la apuesta "por la innovación social y la economía del bien común".
Ballart también reivindicó que su gobierno luchará "por los derechos sociales básicos". "Nuestras banderas y compromisos son la lucha por el derecho a la educación y la sanidad pública, las pensiones dignas, las prestaciones sociales, el trabajo digno, la vivienda, los suministros básicos y la alimentación adecuada". "No aceptaremos que nos digan que no nos lo podemos permitir, porque en este Ayuntamiento ya hemos demostrado que si queremos, lo podemos hacer". Ballart también marcó como prioridad de su nuevo gobierno diseñar "un nuevo modelo urbanístico de la ciudad". También hizo referencia al "futuro territorial de Catalunya". "El futuro gobierno no pondrá trabas ni a la libertad ni a la democracia. A partir de este marco, el derecho a decidir se ha convertido en una exigencia democrática que defenderemos firmemente más allá de las diferentes posturas que podamos tener".