Las cifras de desempleo en España han motivado buena parte de las reformas laborales emprendidas por los diferentes gobiernos desde el inicio de la crisis. Por ello, Lee Hecht Harrison -la división del Grupo Adecco especializada en recolocación y transición de carreras- y el Instituto de Estudios Laborales de Esade presentaron ayer en Esade Barcelona el informe sobre planes de recolocación que ofrece una visión general sobre el papel que éstos ejercen en los procesos de despido colectivo que se han acometido en los dos últimos años, tras la reconfiguración de los planes de recolocación en 2012.
La duración media de los planes es aproximadamente de ocho meses, ligeramente superior a la mínima legal y poco más del 30% de los planes analizados define objetivos o actuaciones concretas en materia de atención individualizada. Para revertir esta situación, es necesario un cambio normativo, además de reformar la ley sobre despidos colectivos y la LISOS (Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social), desarrollar la normativa para regular monográficamente los planes de recolocación y crear un sistema de acreditación que garantice la capacidad técnico-operativa de empresas y proyectos, según se apuntó en la presentación.
Mercado de calidad
Esther Sánchez, Profesora del Derecho del Trabajo en Esade Law School e Investigadora Principal del IEL-Esade, manifiestó que “los planes de recolocación tienen un extraordinario potencial y podrían cambiar de forma significativa el panorama de los despidos y del desempleo en España; pero para ello debemos creérnoslo, cumplir realmente con las previsiones legales y resolver ciertos desajustes que aparecen en la ley y en la práctica administrativa”. Sánchez añadió que “estamos desaprovechando un instrumento decisivo para mejorar la empleabilidad de las personas trabajadoras y que serviría además de palanca para configurar una nueva manera de entender y gestionar las relaciones laborales en las empresas”.
“Si queremos tener un mercado de trabajo de calidad, entre otras medidas, deberemos empezar a tomarnos en serio los balances de competencias y las prácticas de recolocación. No es casualidad que en otros países las tasas de desempleo sean inferiores y los tránsitos entre desempleo y empleo también”, concluyó Esther Sánchez.
Por su parte, Nekane Rodríguez, country manager de Lee Hecht Harrison España, declaró que “los planes de recolocación, tal como los conocemos, son el resultado de la intervención de todos los actores implicados: administración, empresas, sindicatos, asesores jurídicos y empresas de recolocación. Los resultados medios conseguidos con dichos planes, distan mucho del nivel de excelencia que se podría alcanzar entre todos. Para ello, es necesario que todos los stakeholders asumamos el compromiso de abordar los cambios que fueran necesarios para estar a la altura de lo que la sociedad nos demanda en materia de empleo.”
Estudio
“Desde esta inquietud, en Lee Hecht Harrison hemos querido empezar por el principio: conociendo las diferentes realidades percibidas por cada uno de los agentes. Para lograr este primer objetivo, de la mano de Esade, confiamos en que la realización y los resultados del estudio que presentamos, nos orientarán acerca de los cambios a acometer”, matizó Nekane Rodríguez durante su intervención.
Los autores del estudio señalan la necesidad de impulsar un cambio cultural profundo entre sus principales actores (empresas, sindicatos, asesores jurídicos y administraciones públicas), que pasa por exigir la máxima calidad a los planes de recolocación para producir beneficios a los trabajadores, a las empresas en reestructuración, a la Administración y a la sociedad en general. Para ello, los diferentes “stakeholders” deben comprender qué son y qué beneficios tienen éstas herramientas y se debe trabajar en medidas como la optimización de las posibilidades de colaboración público-privada.