Cumplió los 7 años el 1 de junio. Cuatro días después, el viernes, a eso de las 8.20 de la tarde, se encontraba con su hermana en la avenida del Vallès, se acercó a un perro que estaba atado en una valla y el can le mordió en la cara. Le tuvieron que aplicar puntos de sutura en el Hospital de Terrassa.
Alguien llamó al sistema de emergencias 112, y el 112 a la Policía Municipal: había un incidente en el CAP Terrassa Nord, por una agresión canina a un niño. Una dotación policial se presentó en el ambulatorio.
Los hechos habían ocurrido a unos metros del CAP, cuando el menor se aproximó al animal, un bodeguero que su dueño había dejado ligado a una valla. El cánido abrió sus fauces y soltó, al menos, un bocado en el rostro del niño.
Su madre llevó al pequeño al ambulatorio. La acompañó el propietario del perro, con quien hablaron los agentes. Les mostró la documentación de vacunas, todas al día.
El crío fue trasladado al final al Hospital de Terrassa, pues las heridas infligidas por el bodeguero (can de 4 años de edad) requerían puntos de sutura. La dotación policial elaboró un acta con los datos del animal y su dueño e informó a los implicados de los pasos legales que podían emprender.