Después de meses de tira y afloja ayer por fin patronal y sindicatos rubricaron el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que incluye un pacto salarial hasta 2017. El acuerdo alcanzado hace unas semanas prevé para este año un incremento de las retribuciones de hasta el 1% y del 1,5% en el 2016. Para el 2017 queda pendiente en función de la evolución de la economía. Incluye también una cláusula de garantía salarial que se aplicaría en el 2016 si la inflación supera el 2,5%.
Los máximos dirigentes de los sindicatos y de las organizaciones empresariales Ignacio Fernández Toxo (CCOO), Cándido Méndez (UGT), Joan Rosell (Ceoe) y Antonio Garamendi (Cepyme) sellaron ayer el acuerdo y derivaron las discrepancias sobre los incrementos salariales a la negociación en empresas y sectores. Para limar las diferencias de interpretación sobre el techo de incremento, tras el acto de la firma los agentes sociales dieron una imagen de consenso sobre el marco en que deberá desarrollar el acuerdo, que es en los convenios colectivos.
Para Antonio Garamendi, presidente de Cepyme, que siempre ha mostrado una interpretación más restrictiva del pacto salarial, su aplicación se verá ahora “aguas abajo”. Para Cándido Méndez, secretario general de la UGT, en los convenios se tendrá que negociar como un solo paquete el empleo, los salarios y la cláusula de revisión salarial. Por lo tanto, habrá que comprobar hasta qué punto se plasma en los convenios colectivos. En cualquier caso, tanto sindicatos como patronales tildaron de “valioso” el acuerdo y consideraron que su firma supondrá adentrarse en un escenario de recuperación, mejorará la tasa de paro, el empleo de calidad, la contratación indefinida y favorecerá la sostenibilidad y la estabilidad del sistema.
De forma progresiva
En rueda de prensa, tras la firma, el secretario general de CCOO dijo que el acuerdo “enmienda la plana a la reforma laboral”, aunque no lo hace en su totalidad. Sin embargo, Toxo se mostró convencido de que aunque enmiende sólo en parte la reforma, “lo hará más allá con el discurrir del tiempo”. Además, aseguró que el acuerdo es una apuesta por el fortalecimiento de la negociación colectiva pero también por la solución extrajudicial de los conflictos laborales, a diferencia de la reforma, que adoleció de una excesiva judicialización. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, comparó la mesa que negoció el pacto salarial con un grupo de jazz “donde parece que cada uno va por su cuenta pero todos acaban tocando la misma melodía”.
UGT: “Es obligacional”
Méndez, que estuvo en sintonía con el resto de negociadores en la valía del acuerdo firmado, volvió a insistir en que se trata de un pacto “de naturaleza obligacional” y de referencia para todos los negociadores, que se va a aplicar directamente en todos los convenios colectivos. El líder de UGT remarcó que el acuerdo supondrá una contribución muy importante para dejar atrás la actual situación de crisis. En el mismo sentido se manifestó el presidente de CEOE, Joan Rosell, quien valoró que el pacto esté “pegado a la realidad en clave económica, política y social”. Rosell afirmó que el acuerdo permitirá crear empleo y que miles de empresas tengan beneficios y paguen impuestos, lo que redundará en puestos de trabajo.