A buen seguro los ladrones habían visitado el establecimiento, en Ca n’Anglada, unos días antes de dar el golpe que ejecutaron ayer de madrugada: reventaron la persiana, sacaron de su guía la puerta de vidrio, entraron, robaron jamones, lomos de bellota y dinero, y huyeron en un vehículo.
Ayer, antes de las ocho de la mañana, los responsables de la charcutería-bar Favisa, ubicada en la calle de Mossèn Àngel Rodamilans, llegaron al local y descubieron el desaguisado: la persiana estaba abierta, a unos pocos centímetros del suelo. Unos delincuentes habían asaltado el establecimiento entre las dos de la madrugada y las siete de la mañana. Había sonado la alarma, y Francisco, dueño del negocio, que no vive lejos, echó un vistazo y nada raro vio.
Los asaltantes llegaron en un coche, pues a pie difícilmente hubiesen trasegado lo que trasegaron: unos cuantos jamones de bellota (quizás ocho o nueve), lomos de bellota, un ordenador portátil y dinero, según las primeras estimaciones de Francisco. Se llevaron un cajón de la caja con el efectivo.
Entraron forzando la persiana exterior, posiblemente con el uso de un gato hidráulico, hasta la altura máxima permitida por el automatismo del motor: medio metro. Así que debieron de agacharse para luego, una vez entre la persiana violentada y la puerta de vidrio de apertura lateral por violentar, empujar ese segundo acceso y sacarlo de su tope aunque la puerta estuviese bloqueada.
Los Mossos d’Esquadra investigan el robo. Poco después de saber del asalto unos agentes de la policía científica realizaron la inspección del local en busca de huellas y otros vestigios. Favisa es una empresa con dieciocho años de presencia en Terrassa, en diversos locales. Nunca había sido objeto de robo con fuerza hasta ayer, diecisiete meses después de su mudanza a su ubicación actual.
